sábado, 23 de junio de 2012


Las hierbas para la noche mágica de San Juan

Desde el solsticio de verano (Comienzo del verano astronómico) hasta la noche de San Juan, se despierta escondida la magia entre las plantas mientras que al llegar la noche de San Juan entre las cenizas de las hogueras, elixires y conjuros ocultos cabalgan sobre los cuatro elementos –agua, tierra, fuego y aire– y se comienzan a liberarse uno a uno los hechizos en el agua donde la mezcla de un número impar de hierbas (Entre 7 y 11) fluctúan al sereno pasándole cualidades mágicas al agua hasta el amanecer.

Así para realizar una queimada esa noche  en la que participan con más fuerza los cuatro elementos: El Agua vitae (Aguardiente), el barro del cacharro (Tierra), Fuego y el Aire al remover oxigenado  el líquido va cogiendo los efluvios  mágicos desprendidos por las hogueras de la noche de San Juan. Una idea, sería bueno echar un poquito- poquito de ceniza de la hoguera, utilizar azúcar -de caña de azúcar y si tal una hoja de cada de las hierbas empleadas para el agua del barreño.


Para la tradición, los árboles reúnen la magia más poderosa del mundo vegetal. Las raíces representan el agarre a la tierra, en tanto que la copa simboliza la mirada y contacto con él firmamento y el tronco es el nexo que une ambos estados. Algunos druidas pensaban que la Naturaleza estaba repleta de espacios con fuerzas inexplicables y convirtieron esos lugares con árboles o formas especiales de la naturaleza en sitios en el que celebraban sus rituales. Las recolecciones de plantas con diversa finalidad se llevaba a cabo según rigurosos protocolos. Como ejemplo se puede nombrar la utilización del muérdago, planta parasita que chupa las cualidades mágicas del árbol hasta agotarlo.

Bajo este fértil dominio, la vegetación diversa dibuja un puzle de matices, aromas y texturas con el que preparar ungüentos, cataplasmas, infusiones… todo tipo de remedios para cualquier mal. Las hierbas han sido utilizadas en todas las culturas por sus propiedades mágicas y medicinales. La elección de las hierbas de la noche de San Juan no es casual, ya que todas ellas “trabajan para la renovación y la limpieza del organismo”, propiedades que están en consonancia con la finalidad primordial de esta noche mágica de purificación.

La combinación de  entre siete u once plantas, casi todas ellas nacidas entre el final de la primavera y el inicio del verano, constituye un grimorio sagrado, una conjunción de fuerzas aromáticas y con promesas de sanación profunda y protección frente a los espíritus de la naturaleza.


Lo ideal es que según a lo que se quiera dedicar el agua con la que lavarse al día siguiente,  se pueden elegir un número impar de hierbas (entre siete y once) a recoger en la zona que uno se encuentre.  Que hay que agarrar con la mano izquierda y cortar con la derecha. Poner en un barreño con agua de la mejor calidad posible al aire de la noche de San Juan.
Luego colocarle unas ramitas de la que tenga pinchos o por ej zarza encima para que el diablo no les cague encima.
Para la piel a ser posible poner 11: Hipérico, cola de caballo, consuelda, milenrama, bardana, romero,  salvia, caléndula, rosa rugosa.

Para enamorar también 11: Hipérico, rosa rugosa, caléndula, hierba de enamorar (armería pulgerina), lavanda, romero, cítricos, menta, hinojo, digital, crisantemo de los prados  “margarita” (Leucadendron).

Para tomar más energía otras 11. Hipérico, equinácea, ruda, escaramugo de rosa rugosa, flor de toxo, digital, flor de castaño, hojas de nogal, fento (Helecho macho), musgo, hiedra.

Y así  se puede ir poniendo cualidades según las plantas elegidas.

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